Únete a nuestra tertulia de junio
Cuando llegué a las Constelaciones Familiares, estaba en búsqueda de mi propósito de vida. Fue la primera vez que sentí que un tema me apasionaba y movía profundamente.
Desde la primera clase, comencé a comprender que el verdadero propósito de la vida es poder ver el amor que habita detrás de todo, incluso en aquello que tanto nos duele e incómoda, que el propósito es nuestro día a día y que lo que consideraba “mi historia difícil” era el mayor regalo del universo para mi alma, porque cada uno de los abismos que hasta ahora he transitado, me han llevado a conectar con algo más grande que yo.
En cada ejercicio de constelaciones, observaba cómo deseamos amor, abundancia, paz, salud, pero vivimos sumidos en queja, juicio, crítica, burla, rabia e indiferencia. Nuestros traumas y heridas emocionales, nuestras lealtades inconscientes, nuestro amor ciego, distorsionan nuestra realidad, y esa distorsión la consideramos como verdad.
Esta formación ha sido un llamado de mi alma para comprender que no soy una víctima, que somos 100% responsables de nuestra realidad, que estamos conectados a nuestro árbol familiar, que no hay forma de cortar nuestras raíces por más que lo deseemos y que todo lo que rechazaba de mi familia era un rechazo hacia mi propio ser; que tratamos a los demás como nos tratamos a nosotros mismos, que no existen culpables y que todo lo que vivimos está al servicio del amor aunque no lo sintamos así.
Este gran viaje hacia mi interior ha sido el impulso creador de ANCESTROS SOMOS, este espacio sagrado donde comparto lo que hasta ahora he comprendido a través de mi propio proceso y que me ha permitido sembrar, en quienes han abierto su corazón e historias conmigo, una semilla de claridad y alivio en cada sesión.
Este camino ha sido mi gran aprendizaje de que la vida no tiene errores, de que la cura es el amor.
“Lo que se necesita para el hombre es la libertad interior; la serenidad interior es el resultado de la libertad interior"
Viktor Frankl